El pan dulce ideal
Una perfecta Asistente siempre sabe lo que tiene que saber para hacer sentir bien a los que la rodean, ya sea en el ámbito laboral como en el hogareño. ¿Por qué? Porque ella es la perfecta ilusionista del momento.
¿Y qué mejor momento que la navidad para aprender a elegir el pan dulce óptimo para agasajar a clientes, hijos y al universo inmediato que la rodea??
El pan dulce es uno de los productos más esperados y característico de las fiestas de fin de año. Su aparición en las vitrinas de panaderías y confiterías provoca sonrisas y estimula a los paladares. ¿Cómo elegir el más rico? ¿Existe uno ideal? Te ayudamos a reconocer la buena calidad de esta delicia navideña.
Llamado originalmente Panetone, esta delicia surgió en la panadería de Toni, un pastelero milanés que quiso agasajar al marido de su hija con su especialidad. La historia cuenta que este producto fue saboreado por el duque Ludovico María Sforza de Italia durante la boda de aquella mujer y así pronto fue conocido en toda la región.
Hay dos elementos que son el corazón del pan dulce: la miga y la fruta que se le agrega. Estos dos componentes deben estar perfectamente equilibrados (por cada kilo de masa se pone un kilo de fruta) para que la masa leve lo suficiente, de lo contrario quedará muy pobre o será un masacote seco y pesado. Esta proporción y el tipo de frutas que se usan son las que determinan la calidad y el tipo de pan dulce. Existe una variedad conocida como Pan D´Oro que no lleva frutas y es pura masa. También hay otra que a la que solo se le agregan pasas de uva. Como ven, existen muchos panes dulce con frutas, entonces, la cantidad, el surtido y la calidad de las mismas son indicadores del buen resultado. Un pan dulce con unas pocas “frutas de colores” no es lo mismo que uno con avellanas, almendras, castañas de cajú, nueces y frutas confitadas en abundancia.
La miga debe ser suave y esponjosa, con un matiz marrón amarillento que se lo da la yema del huevo. Advertencia: si la masa está dura es que el pan dulce ya tiene varios días esperando que lo compren y si la ven muy amarilla el uso de colorantes es evidente.
El sabor lo dan el agua de azahar y el extracto de malta que se unen al gusto característico de las almendras, las avellanas, las nueves, las castañas de cajú, las pasas de uva y las cáscaras de naranja. Hay quienes también le ponen frutas abrillantadas, otros optan por solo agregar trozos de chocolate y algunos experimentamos incorporando un clásico nacional: el dulce de leche. Todos estos ingredientes deben estar crujientes.
Que el pan dulce leve de manera natural es muy importante, pues esto resaltará los sabores de cada uno de los ingredientes, permitiendo que todos se amalgamen suavemente. Además, permitirá que la masa tenga una humedad justa y equilibrada para gustar al paladar. Del mismo modo, los perfumes se lucirán sin taparse unos a otros; las narices expertas podrán detectar el aroma a naranja, limón, agua de azahar y frutas secas tostadas.
Por último, sabemos que todo nos entra por la vista, por eso la decoración juega un rol fundamental para decidirnos a comprar. Que el pan dulce posea muchas frutas en su superficie no significa nada, aunque claro está, nos gusta pues podemos ir sacando de a una para probarlas antes de cortarlo. Hay panaderías que usan distintas coberturas según el tipo del pan dulce; una de las más clásicas en Argentina es la de capa almendrada realzada por trocitos de almendras.