Los anteojos de sol son un accesorio que no te puede faltar. Además de agregarle misterio y belleza a tu rostro, te protegen del dañino sol.
Sin embargo, no todas las gafas te dan las mismas ventajas, y el mercado te ofrece demasiadas, así que es importante que tengas un criterio claro de lo que necesitas y quieres.
Primero que nada, es importante que tomes en cuenta el hecho de que para ser realmente protectores estos accesorios deben absorber al menos un 99% de la radiación de rayos UVA (ultravioleta), por lo que es bueno que busques anteojos que tengan esta especificación. Su oscuridad no te garantiza la protección, sino un proceso químico al que son sometidos. Insiste en que tengan una etiqueta donde se puntualice que contienen filtro uv.
El tipo de color que tengan estos anteojos es un indicador de cuando es apropiado usarlos. En el caso del color ámbar son recomendables para días parcialmente nublados, pues permiten la penetración de cierta cantidad de luz. Los de la gama de los cafés son excelentes para manejar por el contraste que crean. Los tonos grises o ahumados son los que bloquean mejor el sol y a la vez mantienen una percepción fiel de los colores. Por último, los colores rosados son muy útiles en ambientes nevados, y para deportes de invierno por el contraste y la definición que proporcionan.
Anteojos para cada rostro
Otro aspecto que debes estimar es la forma de tu rostro. No todos los anteojos son adecuados para cualquier cara.
– Si la tienes redonda, debes usar anteojos cuadrados, con un marco angular.
– Si esi más bien es cuadrada, o en forma de corazón, los lentes deberán ser redondos u ovalados.
– Si por el contrario es oblonga, se recomienda que sean geométricos, con un tope plano.
– Y si tienes la suerte de ser de rostro ovalado, puedes ponerte cualquier estilo.
Como todo accesorio, los anteojos de sol requieren un cuidado especial. Primero, es importante que los limpies con un jabón suave y delicado. Nunca debes asearlos con líquidos químicos pues los manchan y les van quitando sus propiedades protectoras. Para secarlos utiliza una felpa o una telita de gamuza. Después, recuerda guardarlos siempre en su propio estuche para prevenir que se rayen. Y para que siempre te queden bien, cuando se aflojen tállalos con un destornillador adecuado o si tienes tiempo, mejor llévalos a una óptica donde lo harán por tí con los instrumentos aptos.
Ahora ya tienes toda la información requerida para que tus anteojos oscuros sean un éxito. La belleza y la protección sí se pueden combinar, es sólo cuestión de tener los datos necesarios y no dejarte llevar por la primera impresión, por la marca, o por el precio.
Por Claudia Lombardi| 153144-3208 | www.claudialombardi.com.ar