
8 claves para destacar en el trabajo
¿Te gustaría evolucionar en el trabajo? ¡La próxima promoción es para ti! No esperes a que tus jefes se fijen en ti, pon todo lo que esté en tus manos para destacar y venderte bien gracias a unos puntos clave que harán de ti “la empleada ideal”.
Pon en práctica estas 8 ideas para brillar en tu trabajo siguiendo la estrategia de A. Mennechet, consultor en gestión de carrera profesional:
Descifra a tu jefe
Objetivo: Comprender el tipo de funcionamiento de tu superior para responder mejor a sus expectativas y saber qué espera de ti.
¿Cómo hacer? “Consiste en identificar el estilo del jefe y adaptarse”, explica A. Mennechet.
Si es participativo y tiene un estilo desenfadado, puedes proponer a tus colegas una comida de trabajo mensual con él. Apreciará este tipo de iniciativa colectiva.
Si le gusta dirigir y controlar, anticípate a sus expectativas y realiza informes sobre tu trabajo. Y por supuesto, “hay que esforzarse por ser positivo, agradable y estar de buen humor en el trabajo.”
Errores a evitar: evita el “peloteo” y querer ser “amiga” de tus superiores. Olvida poner la mano sobre el hombro del Director General o los piropos exagerados sobre su nueva corbata, además corres el riesgo de que tus colegas te den la espalda.
Habla en reunión
Objetivo: Hacer que destaque el trabajo y las propias cualidades. Dejar a un lado el estatuto de simple espectadora y demostrar que también puedes ser “actriz”. Además es una forma de demostrar que también eres capaz de hablar en público.
¿Cómo hacer? Toma la palabra cuando tengas algo interesante que aportar, más que una opinión personal. “La idea es aportar contenido, mayor riqueza al debate”, explica Armand Mennechet. Y la mejor manera para ello es prepararse. El día anterior trabaja sobre una intervención corta y pertinente sobre el tema que se vaya a tratar en reunión: “Se puede prever por ejemplo un punto de actualidad con respecto a una ley que acaba de ser votada “, propone el consultor.
Errores a evitar: Monopolizar la reunión durante 10 minutos, preguntar por preguntar sólo para mostrar que existes. Hay que evitar opinar por todo sin saber de qué se habla, sobre todo si no te lo piden.
Cuida tu imagen
Objetivo: Demostrar que se presta también atención a la imagen de la empresa. Cuidar el estilo en la vestimenta es una prueba de respecto hacia sus colaboradores.
¿Cómo hacer? Ropa, peinado, maquillaje… “Hay que adaptar el look a los códigos de la empresa y del trabajo manteniendo siempre su propia identidad gracias a un pequeño toque personal…” ¿Trabajas en un banco? Se impone el traje chaqueta, sin embargo puedes optar por los accesorios para expresar tu personalidad: un bolso y unos zapatos a la última, una joya de fantasía original…
Errores a evitar: Llevar un traje chaqueta y taconazos en una empresa pequeña en la que todo el mundo va en vaqueros. “La forma de vestir puede constituir un filtro a la comunicación”, previene el consultor. Así que más vale no exagerar.
Organízate bien
Objetivo: Demostar su profesionalismo y reactividad. Si tu organización permite que seas capaz de encontrar al instante el informe que te pide tu jefe, ganarás puntos.
¿Cómo hacer? Piensa en hacer las cosas de forma rápida y eficaz. Evita los clasificadores con anillas, demasiado complicados. “Organiza tus informes en carpetas con códigos por colores”, aconseja el consultor.
En tus e-mails, es lo mismo: crea repertorios temáticos para acceder más rápidamente al mensaje que buscas. Organiza tu mesa del despacho y ordena tus papeles una vez a la semana para mantener un espacio de trabajo agradable.
Errores a evitar: Concentrarse más en la forma que en el fondo y pasar horas organizando papeles o pegando etiquetas en las carpetas. No te pierdas en los detalles y céntrate en lo esencial: ¡es decir, el trabajo por el que te pagan!
No perder los nervios
Objetivo: Poner de manifiesto la resistencia al estrés y a la presión. Mostrar a tus jefes tus cualidades para hacer frente al estrés.
¿Cómo hacer? Cuando sientas que la presión aumenta y puede provocar un conflicto, mantén la sangre fría. El primer reflejo es salir de la estancia, ir al baño o beber un vaso de agua y respirar hondo. Deja pasar 5 minutos para relativizar y una vez que te hayas calmado vuelve al despacho para decir lo que tengas que decir. “Permite dialogar con más calma”, explica A. Mennechet.
Erorres a evitar: Censurarse y guardarse para sí lo que hay que decir. “Controlar los nervios no siguinica tener que callarse. Al contrario hay que aprender a decir las cosas manteniendo la calma.” Ser franco es esencial.
Comunicarse
Objetivo: Comunicar e informar, supone probar a tus superiores que pueden tener confianza en ti. Con la transparencia demuestras tu buena voluntad y tu sentido de la responsabilidad.
¿Cómo hacer? “Cuando estés en un atasco, llama para decir que llegarás tarde a la oficina”, recomienda el consultor. Lo mismo cuando te tengas que ir más pronto porque tienes cita en el dentista, informa a tu jefe, aunque en teoría no tengas que rendirle cuentas sobre tus horarios. “Si tienes problemas personales, habla con tu superior, agradecerá tu confianza y comprenderá tu posible bajón de eficacia pasajera.”
Errores a evitar: Los chismes. Tu jefe no necesita saber los problemas sentimentales de María o las vacaciones en Egipto de Carlos.
Compartir las buenas ideas
Objetivo: Valorar tu sentido de la iniciativa y tu capacidad de impulso. Muestra a tus jefes que en el trabajo piensas más de forma “colectiva” que “individual”. Además se incita a que el equipo progrese y se mejore el funcionamiento de la empresa.
¿Cómo hacer? Estar a al escucha de los compañeros de trabajo. En función de sus necesidades se puede hacer que puedan beneficiarse de la experiencia obtenida en una formación o en una anterior experiencia profesional. “Dar un contacto a un compañero que necesita un nuevo cliente, compartir métodos de trabajo”, sugiere A. Mennechet. Se puede proponer crear un planning de reparto de tareas en el cual cada uno indicará el avance de sus proyectos.
Errores a evitar: Convertirse en la “sábelotodo” del equipo. Olvida las frases de estilo: “¡Si no te organizas más no me extraña que pierdas tanto tiempo! Yo que tú lo haría así”. ¡Ir de listilla acabará agobiando a todo el mundo!
Participa en la vida de la empresa
Objetivo: Integrarse en la empresa significa que todos te conozcan. “Tu nombre llegará más fácil a las altas instancias”, comenta el consultor. Al crear relaciones, es una buena forma de enterarse de lo que pasa. Y trabajar con gente a la que se aprecia y con la que se puede compartir algo más que la conexión a Internet ¿es más agradable, no?
¿Cómo hacer? Da una vuelta a diario a la máquina de café y te tomas 5 minutos para charlar con Alicia de Marketing o con Luis del departamento de Compras. No des sistemáticamente largas a las invitaciones para tomar algo al salir de la oficina, esfuérzate por pasarte un rato, “aunque sólo sea media hora ya es suficiente”, insiste A. Mennechet.
Errores a evitar: Ser siempre la primera en proponer ir a tomar algo. “Puede estar mal visto”, previene nuestro consultor. Evitar inundar el correo electrónico de tus compañeros de mails con bromas. Es contraproductivo y no le hace gracia a todo el mundo.
Fuente: www.enfemenino.com