Muchas mujeres tienen miedo a ir a una charla o curso de imagen personal, porque creen que les voy a decir o las voy a mirar reprobando, juzgando lo que tienen puesto...
¡Chicas! nada más lejos que eso, mi intención es justamente la contraria.
En principio, cuando miro una mujer lo primero que veo es lo positivo que tiene, no veo lo que uds. están cansadas de ver y de grabar en esas cabecitas (“estoy gorda”, “mirá esta panza”, “debe mirar mis arrugas”, “mi pelo está re feo”).
Yo veo lo que ustedes no ven: sus talentos, sus virtudes, sus atributos.
Es verdad, veo la cáscara, la superficie… pero con eso puedo ver un iceberg que me lleva a la profundidad.
Ver una mujer con amor, con cariño, es una tarea maravillosa de realizar. Y ni les cuento cuántas se descubren en ese instante, cuando sólo les digo ¡Qué hermosas manos!
Puedo, si me preguntan decirles qué prenda puede quedarles mejor.
Qué color.
Qué corte.
Qué accesorio.
Lo que jamás podré hacer es darles Actitud, eso lo llevan con ustedes, lo único que está a mi alcance es motivarlas para que salga, para que aflore, para que brille.
Por eso, pierdan el miedo a la mirada de una asesora de imagen porque, la verdad, lo que hago cuando miro es tratar de ver a la mujer y no sólo a la indumentaria que lleva puesta.
Claudia Lombardi – Comunicación e Imagen
www.claudialombardi.com.ar