La incorporación de la mujer al mercado laboral es uno de los fenómenos de mayor crecimiento en América Latina en los últimos años. Una reflexión sobre el valor agregado del talento femenino en cargos directivos.
La presencia creciente de las mujeres en el mercado de trabajo es, seguramente, uno de los nuevos fenómenos más notorios en América Latina. En la década del ’70 la mayoría de las familias seguían el modelo tradicional en el cual el
hombre salía a trabajar y la mujer se hacía cargo del cuidado del hogar (sólo el 22% de las mujeres trabajaba fuera de casa). Treinta años después, en 2005, el porcentaje de hogares donde las mujeres también aportaban al ingreso familiar con un trabajo fuera de casa alcanzaba el 58%. Un mayor acceso a la educación ha acelerado este proceso. Al
estar más preparada, la mujer busca acceder a puestos de trabajo acordes con su calificación profesional. Sin embargo, el momento de la consolidación de la profesión suele coincidir con el de su familia, lo cual obliga a muchas mujeres a elegir entre su carrera y su proyecto familiar.
Conciliar familia y trabajo
La mujer busca, por naturaleza, el equilibrio entre su vida personal y su vida profesional. Hay momentos en el curso de su vida en que estos dos aspectos entran en conflicto por una cuestión puramente biológica y de responsabilidad familiar.
Por intentar llegar a hacer todo, se producen, a veces, muchas situaciones de estrés o interrupciones en su vida laboral. Esta posible discontinuidad puede ser uno de los motivos por el cual las empresas se resisten a la hora de evaluar la incorporación o el ascenso a cargos de alta responsabilidad de mujeres que tienen un currículum brillante o un excelente desempeño en sus puestos.
Si bien es cierto que es decisión y responsabilidad de cada persona priorizar los distintos aspectos de su vida, a veces hasta incluso por cuestiones económicas, muchas veces la mujer no puede plantearse el no trabajar: es mucho lo que la mujer puede aportar al mundo de las organizaciones y se pierde un valioso talento cuando las empresas no están preparadas para recibirlo. Todo esto lleva a plantearse qué es lo que ella aporta al mundo laboral. ¿Se puede cuantificar ese aporte? ¿Qué deja de sumar cuando se da una fuga de talento femenino?
Números que hablan
Si bien las mujeres han logrado grandes avances en cuanto a la educación y participación laboral -no hay que olvidar
que la incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido el fenómeno socio-demográfico más importante de la segunda
mitad del siglo XX-, en la esfera empresarial, aún siguen luchando para que su labor sea reconocida tanto por sus jefes
como por sus pares. relativamente pocas han emprendido el viaje hacia los niveles más altos del liderazgo corporativo;
algunas han llegado a la cima y mantienen su posición, intentando demostrar que no existe un techo de cristal, mien-
tras que muchas otras siguen en camino. Según el Report of Women’s Leardership Conference of the Americas, la mujer ocupa cargos directivos en distintos porcentajes según los países:Colombia 29%, México 25%, la
Argentina y Ecuador 20%, Chile 18%, Perú 17%, Brasil 16% y Venezuela 14%1. Dichos porcentajes disminuyen significativamente a la hora de evaluar la participación de la mujer como miembro de la Alta Dirección.
Un estudio complementario de la OIt subraya que las mujeres en América Latina ocupan entreel 15 y el 35 % de las posiciones profesionales y de dirección y son propietarias de 1/3 de todas las microempresas y Pymes de la región. La tendencia creciente muestra que su participación continúa aumentando. Se calcula que en las dos últimas décadas
el número de mujeres en el sector empresarial aumentó del 22 al 48 por ciento. Estas cifras ponen de manifiesto que las mujeres están haciendo en toda la región una contribución significativa a la creación de empleo y generación de riqueza. A su vez, en muchos casos, ese aporte repercute directamente en la manutención y bienestar de sus familias. Sin dudas, la mejor educación de las mujeres incide en el desarrollo de las carreras laborales, pero, sin embargo, con frecuencia, la formación es condición necesaria pero no suficiente ya que no logran reflejarla en el acceso a mejores puestos de trabajo.
Entre otras razones, esta situación se explica porque las posiciones de poder continúan mayoritariamente en manos de
los hombres. En muchos casos, la mujer sufre discriminación a la hora de la selección porque están sobre cualificadas para un puesto, o no se le asignan puestos estratégicos generalmente confiados a los varones o se la excluye directamente por su maternidad potencial o futura. Otro factor que las desalienta es la discriminación que sufren a nivel salarial: actualmente, en la región, el salario de los hombres excede al de las mujeres entre un 15 y un 20%.
Una visión diferente
Muchas veces se reconoce que la mujer tiene capacidades laborales al menos similares a las de los hombres, pero se desconfía de su disponibilidad y, por tal motivo, se le dificulta el desarrollo profesional. Cuando esto es así, se olvida de que en realidad todas las personas han de enfrentar el desafío de conciliar trabajo -familia. En la mayoría de los casos, en esta disputa sale ganando el trabajo ya que sus estructuras son más rígidas y sus incentivos son más atractivos, al menos desde un punto de vista cortoplacista. La mujer, en cambio, tiende a ver las cosas con una mirada más a largo plazo y, por eso mismo, sus intereses no pasan por un éxito inmediato sino que apunta a relaciones interpersonales
más sólidas y duraderas. Hacer compatible el desarrollo profesional de la mujer con una dedicación a sus otros ámbitos de la vida suele ser un desafío generalizado en estos tiempos.
Para evitar esos tironeos y la eventual fuga de talento femenino, puede ser interesante analizar cuáles son las ventajas de contar con mujeres en los niveles directivos. En primer lugar, hay que decir que uno de los conceptos más básicos en los negocios es que, para tener éxito, hace falta saber relacionarse con los clientes o consumidores.
Las mujeres tienen en sus manos un alto porcentaje de las decisiones de compras. Con este simple dato es fácil comprender que es importante contar con su opinión a la hora de tomar decisiones dentro del área de marketing,
por ejemplo, ya que a ellas les es más sencillo ponerse en el lugar de quien va a adquirir un producto. Si el poder de decisión pasa por las mujeres habrá entonces necesidad de entender el criterio femenino, sus preferencias y necesidades.
La necesidad de contar con más mujeres en el mundo de los negocios no se reduce a un tema de igualdad o de diversidad, sino también a que ha cambiado la cultura del trabajo y las habilidades femeninas son esenciales para tener éxito. Antes, los gerentes armaban los negocios desde un escritorio, contrataban y despedían personal en función de meros indicadores económicos. Ahora, para manejar negocios hace más falta forjar relaciones, fusionar empresas, fidelizar a los clientes, etc. En todas estas tareas, las competencias femeninas se muestran como fortalezas sumamente rentables en términos comerciales.
El reto de la globalización
Las empresas del siglo XXI necesitan directivos y directivas, capaces de apostar a la responsabilidad empresarial y que asuman los retos que la sociedad demanda para alcanzar un mundo más sostenible. Desde hace algunos años, diferentes investigaciones han constatado que las empresas conformadas por cúpulas directivas y consejos de administración en las que participan tanto hombres como mujeres, logran mejorar su funcionamiento: éstas no sólo cuentan con diversidad de puntos de vista, sino que esta variedad estimula la creatividad y la innovación empresarial.
Uno de los estudios más completos sobre esta temática es el Informe “Diversidad de Género en los Consejos de Administración”, elaborado por la Fundación de Estudios Financieros de España que muestra cómo el principal argumento a favor del incremento de la participación de las mujeres en los consejos de administración se basa en el posible efecto beneficioso de la diversidad para las compañías. Los mejores consejos de administración serán aquellos que estén compuestos por una mezcla apropiada de personas con diferentes habilidades, experiencias y conocimientos, lo que influirá positivamente en la independencia y opiniones de sus miembros. La incorporación de mujeres a los consejos de administración contribuye a una mejor comprensión del mercado por parte de las compañías, aumentando su habilidad para penetrar en nuevos mercados, a la vez que promueve la creatividad e innovación empresarial.
Con frecuencia, ellas pueden aportar opiniones, a veces distintas a los hombres, haciéndolos más sensibles a otras
perspectivas. Actualmente las mujeres son accionistas, líderes de su comunidad, consumidores importantes y miembros
activos del mundo de los negocios, por lo que tener una perspectiva femenina a la hora de hacer negocios tiene sentido empresarial. Otro estudio referente a la influencia de la diversidad de género sobre el funcionamiento de las empresas fue realizado, para una muestra de compañías canadienses, por el Conference Board de Canadá, que siguió la evolución de las compañías canadienses que contaban con mujeres en el consejo de administración entre 1995 y 2001. Según este estudio, las compañías que contaban en 1995 con dos o más mujeres en este órgano de gobierno, presentaban una mayor probabilidad de ser líderes, en términos de beneficios, en su sector industrial seis años más tarde.
Eliminar los prejuicios
Es mucho lo que se ha avanzado hasta aquí. Sin dudas, la mujer ha demostrado su capacidad para desenvolverse en
profesiones y tareas que se creían propias de los hombres, pero todavía debe luchar con prejuicios de género que le ponen límites a su desarrollo en las empresas. La capacidad que tienen las mujeres de saber priorizar y de tender a un desarrollo integral de las personas, es crucial para cultivar una vida en familia intensa y para hacer a las empresas más humanas. Los varones también han de vivir esto pero les toca a las mujeres ser las “garantes” de que ellos puedan también alcanzarlo. En este sentido, puede decir que sin ellas es difícil que ellos puedan lograrlo. Más aún, cuando la mujer por exceso de dedicación al trabajo pierde de vista esta misión, los varones ni se dan cuentan de esa necesidad y de esa responsabilidad. éste es el gran desafío que tiene la mujer por delante, sin olvidar que en ese empeño ha de sumar al varón ya que líder es aquel que crea un mundo al cual los demás desean pertenecer y esto, sin dudas, lo tienen que crear tanto un hombre como una mujer, en el ámbito laboral y en el familiar.
Por Patricia Delbejuh | Investigadora Centro CONFYE- Standard Bank | pdelbejuh@iae.edu.ar Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
1 – Report of Womenís Leardership Conference of the Americas, abril 2005.
2 – Valenzuela, María Elena: El peso del género en la empresa, Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional, OIt, 2008.
3 – Fundación de Estudios Financieros: Diversidad de género en los Consejos de Administración, n. 12, Madrid, 2008, p. 13.
4 – Cfr. robinson y Dechant: “Building a Business Case for Diversity”, Academy of Management Executive, vol. 11, n. 3, 1997, pp. 21-31
5 – Citado en Fundación de Estudios Financieros: “Diversidad de género en los Consejos de Administración”, n. 12, Madrid, 2008, p. 16.