Los tipos de problemas que decidimos tener son un dato clave acerca de nuestra “salud creativa”. Lo mismo sucede en las empresas, cuando únicamente “sobresalen” problemas, como por ejemplo: la temperatura en las oficinas, la comida en el comedor, la falta de “computadoras”, etc. Es decir, cuando sólo sobresalen problemas menores, de poca “jerarquía”, quiere decir que el potencial creativo está desperdiciándose.
La atención que usted puede dedicarle a sus objetivos es un recurso escaso. Es importante saber “administrarla”.
Es verdad, la comida del comedor de la empresa le parece espantosa (hasta podría decir que ES espantosa), pero si usted estuviera concentrado, por ejemplo, en un estimulante proyecto de reconversión de la relación con sus clientes, el tema del comedor le importaría un rábano.
Se comienza a ser creativo “en serio” cuando se pone la atención en objetivos “en serio”. Objetivos aplicados a transformaciones que van más allá de la eliminación de las “molestias cotidianas”, que existen en toda empresa y que siempre existirán.
Para los problemas menores, bienvenidas las sugerencias y los grupos de mejoramiento. Nada que nos impida dedicar el máximo esplendor creativo a lo que importa en serio: nuestras aspiraciones.
Una persona crece cuando sus desafíos crecen en cantidad y en calidad. Lo mismo pasa con las empresas. No crecen porque sí, ni lo hacen por inercia. Crecen porque se lo proponen, porque tienen objetivos claros y concretos de cómo y hacia dónde van a crecer. Literalmente, una empresa vale más cuando aspira a más.
En la práctica cotidiana de las organizaciones, a esto se le suele llamar “tener millaje”. Es una forma de decir que su objetivo no es un simple problema a resolver, si no, la puerta de entrada en un mundo enorme de posibilidades nuevas.
Los objetivos son más interesantes cuando crecen en complejidad. Desde el punto de vista de las investigaciones sobre “psicología de la felicidad” llevadas a cabo por Mihaly Csikszentmihalyi (profesor y ex chairman del Departamento de Psicología de la Universidad de Chicago), a mayor complejidad de objetivos, mayores posibilidades de alcanzar niveles de felicidad más sutiles, refinados y satisfactorios.
No quedan dudas de que hay objetivos menores que otros. Son “mejores” cuando son más complejos, cuando involucran mayores habilidades, cuando se parecen más a aspiraciones que a comodidades a subsanar.
Es importante la palabra “aspiraciones”. Es una condensación de todos aquellos objetivos, deseos, ilusiones, proyectos y desafíos que pueden motivarnos a ser creativos.
Cuando nos enfocamos en nuestras aspiraciones en lugar de obstinarnos en nuestros típicos problemas cotidianos, nuestra creatividad comienza a funcionar muchísimo mejor.
A diferencia de la resolución de problemas a secas, la resolución creativa de problemas no parte de “clarificar” un problema, sino de descubrir aquellos que nos resulten realmente trascendentes y relevantes. Que nos apasionen. Porque para trabajar creativamente no es secundario el dato de si un proyecto nos apasiona o no.
La ortodoxia académica ve esta cuestión (la de si nuestros objetivos nos apasionan, de si nuestras profesiones nos gustan, de si lo que hacemos cotidianamente tiene que ver con lo que realmente valoramos) como algo totalmente secundario.
Nuestra capacidad y predisposición para resolver problemas debe ser, suponen, independiente de lo que nos genere emocionalmente aquello que tengamos que resolver. Es más, ser un verdadero profesional, siguen suponiendo, significa, justamente, resolver con pasión y solvencia cualquier tipo de cuestión que “nos toque” resolver.
No coincido con esta posición
Cuando Usted define cuáles son sus aspiraciones, Usted está decidiendo a qué cuestiones va a aplicar su mejor creatividad. Es decir: que proyectos va a priorizar.
Claro, aquí se juega un tema clave: el de los valores. Los valores siempre implican jerarquía. Valoramos muchas cosas, pero hay algunas que valoramos más que otras.
Toda carrera profesional, toda carrera creativa, todo emprendimiento creativo, EXIGE priorizar objetivos. Es decir, elegir cuáles serán aquellos objetivos en los que pondremos nuestros mayores esfuerzos creativos. Cuáles son los objetivos que están en línea con nuestras aspiraciones y cuáles aquellos que nos interesan de sobremanera, pero deberemos resignar en pos de lo que más nos importa.
Esta elección es problemática. Tan problemática como los millones de cuestiones que usted deberá resolver para alcanzar sus aspiraciones creativamente. Ser creativo no es fácil, por el contrario, serlo trae problemas.
Alcanzar cualquier deseo verdaderamente importante siempre nos traerá problemas.
La creatividad, entonces, no es una herramienta para “dejar de tener problemas”, casi por el contrario, la creatividad bien entendida implica animarnos a abordar nuestras aspiraciones más relevantes con mucha mayor decisión y persistencia… sabiendo que tendremos y seguiremos teniendo problemas. Problemas mucho más complicados de resolver en tanto más interesantes sean nuestros proyectos.
En este sentido, la creatividad es una forma de “crearnos más problemas”. Y está muy bien, no se trata de escapar de los problemas, sino de afrontar aquellos que “nosotros mismos nos generamos” a partir de hacer caso a nuestras aspiraciones.
Uno puede disminuir la cantidad de problemas que tiene reduciendo el nivel de sus objetivos, de sus deseos: la torpeza de quien aspira a poco para tener que resolver pocas cosas. La creatividad es lo contrario. Ser creativos es una forma de encontrar soluciones diferentes para alcanzar nuestras aspiraciones más trascendentes.
Mi recomendación: tenga aspiraciones, proteja sus aspiraciones, valore sus aspiraciones. Reúnanse con gente que avale esas aspiraciones.
Un buen empresario siempre tiene que tener proyectos. No importa si aún no los ha logrado: proyectos al fin. Ese es el capital más importante. No vivir de los logros del pasado, vivir de las aspiraciones a futuro.
Por Lic. Eduardo Salvador Kastika, de su libro Usted puede ser creativo. Nuevas recomendaciones para innovar en las empresas, Editorial Innovar, 2007.